Ina Coolbrith, Nuestra Poetisa Laureada y Olvidada

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 Ina Coolbrith

Nuestra Poetisa Laureada y Olvidada

Retrato de Ina Coolbrith por el pintor mormón Ken Corbett

Retrato de Ina Coolbrith por el pintor mormón Ken Corbett

Por Mario R. Montani

Josephine Donna Smith nació el 10 de Marzo de 1841 en Nauvoo, Illinois, siendo la más pequeña de las tres hijas de Agnes Moulton Coolbrith (quien se había convertido en 1832, en Kirtland) y Don Carlos Smith, hermano menor del Profeta Joseph Smith, Jr y también uno de los primeros misioneros de la Iglesia, así como editor del periódico Times & Seasons.

Don Carlos Smith, hermano del Profeta Joseph y padre de Josephina

Don Carlos Smith, hermano del Profeta Joseph y padre de Josephina

En los registros de la Iglesia (Letterbook 2), con fecha 2 de abril de 1839. puede leerse el siguiente comentario al final de una carta de Don Carlos a sus hermanos en prisión:

“Amados hermanos Hyrum y Joseph, con autorización de mi esposo escribo estas líneas para mostrarles que no me he olvidado de ustedes, ni de incluirlos en mis oraciones al Padre Celestial para que sean liberados; pareciera que el Señor ha sido lento en escuchar las oraciones de los Santos, pero las vías del Señor no son las nuestras, por tanto él puede hacerlo mejor que nosotros; deben sentirse reconfortados, hermanos H. & J. , y esperar por mejores días; sus pequeños juegan como corderitos, estén tranquilos con respecto a ellos, pues no están abatidos y apenados como nosotros, sus penas son sólo momentáneas, mientras que las nuestras, continuas. Que el Señor los bendiga, proteja y libere de los enemigos, y los restaure al seno de sus familias, es la oración de Agnes M. Smith”.

Cuando Josephine sólo contaba con cuatro meses de edad, su padre murió de malaria a los 25 años y lo mismo ocurrió con una de sus hermanas poco después. Tras la muerte de su esposo, Agnes se convirtió en la sexta o séptima esposa de Joseph Smith (dependiendo de si se considera a Fanny Alger como la primera o no), en el único caso de levirato (la antigua práctica hebrea de tomar como esposa a la viuda de un hermano para levantarle posteridad y cuidar de sus necesidades) que se conoce del Profeta. La pareja nunca tuvo hijos pero, a lo largo de los dos años siguientes, Joseph se casó en matrimonio plural con otras veinte mujeres, lo que hizo que Agnes se sintiera desprotegida y olvidada. Tras la muerte del Profeta, en Junio de 1844, se convirtió en una de las esposas polígamas de George A. Smith, primo de Joseph.

El Apóstol George A. Smith, primo del Profeta.

El Apóstol George A. Smith, primo del Profeta.

Temiendo por su vida, y con serias dudas sobre su fe, Agnes abandonó la comunidad mormona, y a George, antes de los preparativos para el éxodo al oeste, y se dirigió a Saint Louis, Missouri, donde terminó casándose con William Pickett, abogado e impresor local.

Los temores de Agnes no eran infundados. En Missouri, debió escapar con sus dos hijitas mayores, cruzando un río helado y con los pies lastimados, mientras veía como una turba incendiaba su casa. Don Carlos se encontraba entonces cumpliendo una misión.

La nueva pareja tuvo mellizos y en 1851 decidieron probar suerte en California. Para entonces, intentando ocultar su pasado, Agnes había nombrado a los primeros hijos con su  apellido de soltera, por lo que Josephine pasó a ser conocida como Josephina (o su diminutivo, Ina) Coolbrith.

Agnes Moulton Coolbrith

Agnes Moulton Coolbrith

Con 10 años, Ina aprovechó el largo viaje en caravana de carretas hasta California leyendo obras de Shakespeare y una colección de poemas de Lord Byron, y bajo la conducción del famoso guía afroamericano Jim Beckwourth. Fue la primera en cruzar el que llegaría a conocerse como Beckwourth Pass, atravesando la Sierra Nevada, en la grupa del caballo del explorador.

La biógrafa de Ina, Josephine DeWitt Rhodehamel, da el siguiente relato:

“(Jim Beckwourth) iba al frente de la columna de diecisiete ya gastadas y rechinantes carretas. Cuando se acercaban al paso le preguntó a la Sra. Pickett si a su hija más pequeña le gustaría cabalgar con él. Sería la primera niña blanca en hacerlo. En el paso, Beckwourth desmontó y ayudó a la pequeña a bajar de la montura. El viento otoñal golpeaba sus rostros y ropa. Nubes tormentosas se iban agrupando, obscureciendo todo el paisaje con excepción del valle que se abría bajo ellos, al oeste. El sol lo iluminó en ese momento. Jim señaló el valle reluciente que yacía contra la distancia azul. “Allí, pequeñita”, le dijo, “allí esta California… Ese es tu reino!”

Esas palabras resultaron proféticas en más de un sentido…Los flamantes colonos, siguiendo la fiebre del oro del momento, se establecieron primeramente en Marysville, al norte de Sacramento. Al no tener éxito en su búsqueda, se trasladaron a la populosa ciudad de San Francisco. En 1855 su casa fue robada y quemada, por lo que se mudaron nuevamente a Los Angeles, donde Pickett abrió su consulta legal. Allí, Ina, con 14 años, asistió por primera vez a la escuela pública que acababa de abrir sus puertas. Tras tres años, continuó su educación en casa y leyendo de la extensa biblioteca de su padrastro, particularmente los grandes clásicos. Ya había deslumbrado a los maestros al realizar sus composiciones en verso, pues le resultaban más fácil que utilizando un estilo narrativo. A los 15 publicó su poema “My Childhood’s Home” en el Los Angeles Star.

Ina Coolbrith en su adolescencia

Ina Coolbrith en su adolescencia

Al convertirse en una mujer, Ina fue reconocida por su belleza, al punto de que fue elegida como compañera de Pío Pico, el último Gobernador Mexicano de California, para la apertura de un baile de la sociedad. En abril de 1858, contando 17 años, contrajo matrimonio con Robert Bruce Carsley, un herrero y también actor de tiempo parcial, quien resultó ser abusivo y celoso, del cual sólo recibió malos tratos. Un dolor adicional provino de la muerte de un bebé recién nacido.

Josephina en fecha cercana a su matrimonio (1858)

Josephina en fecha cercana a su matrimonio (1858)

Un altercado entre Carsley y Pickett resultó en una herida de bala en la mano del primero de los nombrados y la posterior amputación de ese miembro. En un resonante juicio público Carsley acusó falsamente a su esposa de serle infiel y la disolución del matrimonio se hizo efectiva en 1861. Al igual que con el origen religioso de la familia, el nacimiento y muerte del bebé se mantuvo en secreto, aunque tras el fallecimiento de la escritora se supo que su poema “The Mother’s Grief” había surgido como homenaje al infante.

Ina, alrededor de 1879

Ina, alrededor de 1870

Intentando reiniciar su vida y combatir la depresión producto de los eventos mencionados, Coolbrith se mudó nuevamente a San Francisco en 1862, en compañía de su madre, su padre adoptivo y los mellizos. Obtuvo trabajo como maestra y se relacionó con los otros escritores de la Bahía, entre ellos Bret Harte (Francis Brett Harte), Joaquin Miller (Cincinnatus Hiner Miller), Ambrose Bierce y Mark Twain (Samuel Clemens).

Mark Twain en 1869

Mark Twain en 1869

Junto a Harte y Charles Warren Stoddard conformaron la conocida como “Golden Gate Trinity” o “Overland Trinity”, por su relación con el periódico literario Overland Monthly, del cual pasó a ser integrante seleccionado poesías, artículos y críticas. También llevaba a cabo tertulias literarias en su hogar, lo que le permitía presentar a los nuevos escritores con sus editores.

Bret Harte

Bret Harte

Coolbrith no sólo publicó algún poema en cada uno de los números del Overland durante una década sino que su influencia en las letras y la cultura se fue extendiendo más allá de los límites de la Bahía de San Francisco.

C.W. Stoddard

C.W. Stoddard

Fue muy amiga de Miller, a quien sugirió adoptar el nombre literario de Joaquín, en memoria de su héroe, Joaquín Murrietta y a adoptar el cabello largo, las botas de montar y el aspecto de un montañés. También lo estimuló a continuar con su carrera. Juntos prepararon la corona de laureles que Miller llevaría a la tumba de Lord Byron, con hojas que cosecharon en Sausalito.

Joaquin Miller

Joaquin Miller

Cuando dos años más tarde Joaquín retornó de Europa, supo que su hija mestiza, Callie Shasta, estaba pasando una mala situación en territorio indígena e hizo los arreglos para que la adolescente quedara al cuidado de Coolbrith, situación que se extendió por muchos años.

Callie Shasta Miller en 1879

Callie Shasta Miller en 1879

En 1871, Ina fue invitada por la Universidad de California en Berkeley a escribir un poema para la graduación de ese año. La obra, llamada “California”, fue un homenaje a su estado adoptivo.

En 1872 se fundó el Bohemian Club, un lugar para congregar a autores, artistas, músicos y sus mecenas. Siendo un club exclusivamente masculino, Ina sólo pudo ayudar en la confección de las cortinas para el primer local. Sin embargo, los integrantes decidieron nombrarla su primer miembro honorario.

Agnes Smith Peterson, hermana de Ina.

Agnes Smith Peterson, hermana de Ina.

En 1873 murió su hermana, Agnes Smith Peterson, por lo que sus sobrinos pasan a quedar a su cargo. También es llamada como bibliotecaria de la Oakland Free Library con un salario de u$s 80 por mes.

Pasada la Guerra de Secesión, el ferrocarril llegó a California en 1869. Aprovechando esta ventaja varios de los escritores que habían cosechado cierto renombre, decidieron viajar al Este para capitalizar su reputación. De hecho, no es de extrañar que “The Luck of Roaring Camp” de Bret Harte, “Roughing It” de Mark Twain y “Songs of the Sierras” de Joaquin Miller, hayan aparecido todos dentro de los tres años inmediatos al arribo del ferrocarril. Nuestra escritora nunca utilizó esa ventaja. Según Ida Rae Egli en “No Rooms of Their Own: Women Writers of Early California”:

“Ina pensaba que estaba obligada a permanecer en el Area de la Bahía y sostener a una familia bastante grande: su madre, los sobrinos que habían quedado huérfanos por la muerte de su hermana, y una joven mestiza llamada Callie Shasta, hija de Joaquin Miller…”

Con un horario de 12 horas diarias, 6 días a la semana, sus posibilidades de escribir se vieron seriamente disminuidas. Sin embargo, mantuvo una fluida correspondencia con algunas de las mentes más brillantes de su generación, tanto en los EEUU como en el extranjero, tales como Lord Tennyson, Whittier, Longfellow, Lowell y otros. También ayudó a muchos jóvenes talentos en sus inicios.

Jack London

Jack London

Jack London, el autor de “La Llamada de lo Salvaje”, “Colmillo Blanco” y “Jerry de las Islas”, en algunos de los párrafos de una carta que le escribiera en Diciembre de 1906:

“¡…Aquellos días en la vieja Biblioteca de Oakland! ¿Sabes? Tú fuiste la primera que me alabó por los materiales que escogía para leer. Nadie en casa se había preocupado jamás por lo que leía. Yo era un niño ansioso, sediento, hambriento – y cierto día en la biblioteca, tomé un volumen de Pizarro en Perú (tenía yo sólo diez años). Tomaste el libro y lo sellaste para mí. Y mientras me lo entregabas me felicitaste por leer libros de esa naturaleza. ¡Orgulloso! Si hubieras sabido cuán orgulloso me hicieron sentir tus palabras. He pensado mucho en ti. Eras para mí una diosa. No sabía que eras una poetisa, o que jamás hubieses escrito algún maravilloso verso. Verás, yo era un salvaje que venía de una estancia. Pero permanecí admirado de ti – adorándote admirado. En aquellos días yo solía nombrar con adjetivos. Y te nombré “Noble”. Eso es lo que eras para mí – noble. Ese era el sentimiento que veía en ti. Oh, sí, también percibía el sentimiento de pena y sufrimiento, pero dominándolos a todos, muy por encima de ellos, estaba la nobleza. Ninguna mujer me ha afectado al grado tuyo. Yo era sólo un muchacho. No sabía absolutamente nada de ti. Sin embargo, en todos los años transcurridos, jamás he conocido otra mujer tan noble.

Ina Coolbrith en 1880

Ina Coolbrith en la década de 1880

No he vuelto a verte desde aquellos días en la biblioteca, no obstante la imagen tuya que retengo en la memoria es tan vívida como cualquier otra que posea. Cuando escucho mencionar tu nombre, o pienso en ti, inmediatamente surge esa imagen, y con ella, su connotación, y esa connotación es “noble”. Cada vez más a menudo, la mera palabra “noble” te trae a mi mente.

Perdón por lo que puede parecer una tontería. Me he vuelto un poco duro últimamente; pero recuerdo mi infancia, te recuerdo a ti; y aún quedan en mí lugar y ternura para los recuerdos”.

Sinceramente tuyo

Jack London

London la reconoció siempre como su “madre literaria” e Isadora Duncan en sus memorias la describe como “maravillosa” y mencionaba “sus ojos muy hermosos que brillaban con fuego y pasión”.

Isadora Duncan

Isadora Duncan

Ina fue también bibliotecaria alternativamente de la Mechanics Institute Library y del Bohemian Club Library. Sus muchas horas de trabajo para mantener a la familia extendida terminaron afectando su producción literaria. Había comenzado a escribir una Historia de la Literatura de California, que incluía muchos elementos autobiográficos, pero todo se perdió en el gran terremoto e incendio de San Francisco, de 1906, junto con su casa y posesiones.

La autora  Aleta George  ha descripto así esa situación:

“Segundos antes de que golpeara el terremoto de 1906, una luminosidad previa al amanecer se deslizó en el salón de Ina Dona Coolbrith en Russian Hill, San Francisco.  Un álbum de fotos dorado y un pequeño florero descansaban sobre una mesa de madera encerada. Los libros agrupados por altura llenaban una biblioteca amplia de cuatro niveles. Un manuscrito recién terminado, listo para ser enviado al editor después de una década de trabajo, yacía ordenadamente apilado en el interior de un pequeño escritorio.

Afuera, el relincho de un caballo nervioso rompió la quietud de la noche. Entonces un estruendo, una sacudida y una explosión arrasaron San Francisco, y por unos largos 45 segundos, las calles se torcieron, los puentes colapsaron, el metal gimió, y el yeso roto se transformó en oleadas de polvo.

Tal vez en la pausa de diez segundos entre temblores, Ina llamó a su conserje Josie Zeller o a su inquilino Robert Norman. Pero las sacudidas retornaron inquietando a Ina y a todos los habitantes de la ciudad por otros 30 segundos. En cama por más de un mes con severo reumatismo, la poetisa de 65 años no podía caminar más de una cuadra o escribir un poema sin detenerse a descansar. Un mes antes del terremoto, el San Francisco Call había reportado que “la dotada poetisa estaba peligrosamente enferma y tal vez no viviese”. Un artículo del día anterior al terremoto mencionaba que había sido despedida de su trabajo de tiempo parcial en el Bohemian Club, y que su enfermedad se “debía en gran medida a su preocupación por la pérdida de su posición”. Ina no podía basarse únicamente en la ocasional venta de un poema, por lo que el pequeño cheque del Club le ayudaba a mantenerse…

En la casa, ella, Josie y Robert se encontraron en el salón para descubrir mampostería rota, candelabros que se mecían y los tesoros de Ina dispersos por el suelo. Sin nada más que un chal para cubrir su ropa de dormir, fue cojeando hasta la calle y observó la ciudad débilmente iluminada. En el muelle, los mástiles de los barcos acompasaban el temblor de la tierra como gigantes metrónomos.

Del otro lado de la bahía, en Oakland Hills, después de despertarse con la sacudida, el poeta Joaquin Miller observaba mientras las volutas de humo se transformaban en fuego. Le preocupaban sus manuscritos guardados en la biblioteca del Bohemian Club, pero también Ina. Varias horas después del terremoto, Miller abordó el ferry para San Francisco,  pero los soldados con órdenes de disparar le cerraron el paso. Con el suministro de agua colapsado e inútil, el fuego arrasó San Francisco, impulsando a un editor local a telegrafiar a Nueva York: “PARECE EL FIN DE SAN FRANCISCO… SOLO DIOS SABE CUANDO ESTO TERMINARÁ”.

Al día siguiente, los soldados evacuaron Russian Hill, e Ina y Josie recorrieron las enredadas calles de San Francisco, dos refugiados más entre muchos. Segura de que pronto regresaría a casa, Ina se fue sin nada en sus manos, excepto uno de sus dos gatos de Angora. Josie llevaba al otro. Abnadonó pilas de primeras ediciones firmadas, pinturas originales del artista californiano William Keith, cartas de toda una vida con colegas y un álbum lleno de notas periodísticas sobre ella y sus poemas. Pero ninguno de estos tesoros se puede comparar con la pérdida del manuscrito en su escritorio.

…Ina descendió de Russian Hill ese día para encontrar una improvisada tienda pública en Fort Mason donde las prudentes mujeres fregaban y organizaban cocinas en la arena mientras los hombres fumaban en muy formales sillas salvadas de las casas. Valijas armadas precipitadamente, arcones, atados de libros preciosos, y animales rescatados sembraban el variopinto campamento. Nubes de humo y cenizas mantenían a San Francisco bajo un domo de aire agobiante que hacía dificultosa la respiración, y por tres noches, endurecida y enferma por su reumatismo, Ina durmió sobre el suelo bajo el cielo abierto.

Desde Fort Mason pudo observar nubes monstruosas creciendo sobre Russian Hill y supo que todo lo que poseía pronto sería polvo. Escribió:

¡Te vi en tu angustia torturada!¡Postrada!

Rasgada por las agonías de la tierra, vestida de fuego!

Cada herida sobre tu pecho estaba sobre el mío,

Triste Ciudad de mi pena y mi deseo.

 

Grises cenizas aventadas, muros derrocados y rotos,

Chimeneas estropeadas – ¿son éstas tu pira funeraria?

Negra desolación cubriendo cual paño mortuorio

¿Es este el fin – mi amor y mi deseo?

(Del poema “San Francisco: 18 de abril de 1906”, publicado en Wings of Sunset, Houghton Mifflin Company, 1929.)

En ese terremoto e incendio, Ina perdió una biblioteca de más de 3.000 volúmenes y el trabajo de sus últimos diez años.

Pero así como la ciudad logró levantarse nuevamente, también lo hizo nuestra escritora. Eventualmente y con ayuda de sus amigos logró construir otra casa en Russian Hill. En 1915, durante la Panama Pacific Exposition, Ina Coolbrith fue nombrada Poetisa Laureada, convirtiéndose en la primera de su género en recibir tal distinción en los EEUU. Ella, quien ya contaba para entonces 74 años, aceptó tal honor diciendo:

“En una vida de incesante labor, el tiempo y las oportunidades se me han negado. De modo que mi pobre producción de versos es el resultado de momentos irregulares, y sólo realizados totalmente como una obra de amor”.

Para esa misma Exposición fue designada Presidente del Congreso de Autores y Periodistas, para lo cual envió más de 4000 invitaciones a los principales escritores de todo el mundo. En 1924 la Legislatura de California confirmó su status de Poetisa Laureada. Ese mismo año, el Mills College le otorgó una Maestría Honoraria en Artes.

Ina en 1919

Ina en 1919

Las obras de Coolbrith se agruparon en varias colecciones: “My Cloth of Gold”, “A Perfect Day (1881), “The Singer of the Sea” (1894) y “Songs from the Golden Gate” (1895). “Wings of Sunset” (1929) fue publicada luego de su muerte.

Su poesía está plena de un delicado lirismo y un profundo amor por la naturaleza. Muchos han considerado su influencia sobre Ezra Pound y Robert Frost.

Me ha resultado imposible hallar traducciones de Ina Coolbrith en castellano pero las versiones en inglés pueden consultarse extensamente en internet. Me he permitido traducir libremente algunos de sus poemas más breves, con plena consciencia de que algo se destruye en el proceso. Los poetas deberían ser traducidos únicamente por otros poetas. Y yo ciertamente no lo soy.

Una Esperanza ( A Hope)

Me aconteció cierto día

Hace tiempo; ah, cuánto tiempo!

Mi vida estaba en su mayo.

En dicha época del año

Los huertos como nevados

Mostraban toques rosados

Y un ave cantaba cerca

Mientras otra en lo lejano,

Do yacía el fulgor temprano.

Hace tiempo; ah, cuánto tiempo!

La dulce juventud ha pasado

Este Mayo ya no es Mayo.

Y escucho a aquel ruiseñor

Cantando en el valle, lejano,

Do yace el temprano ocaso:

Canta triste, dulce y fuerte;

¿En el Paraíso, acaso,

Escucharán su canción?

Un Día Perfecto (A Perfect Day)

Hoy estaré alegre: el sol

Sonríe hacia la tierra;

Los lirios se inclinan, serenos

A cada lado del sendero.

Las rosas, rojas y blancas,

En perfecta hermosura se alzan.

Las palomas de duelo en los bosques

Olvidan y ya no se apenan;

Una suave brisa alza el trigo filoso

Y ondula las gavillas maduras.

En las alturas algún ave feliz

Canta dulcemente entre las hojas

Abejas y mariposas vuelan;

Un durazno cae al suelo;

Se oye el tintín de una campana

En alguna pasture lejana;

Los grillos en la hierba verde

Ensordecen su chirriar.

El cielo mira hacia el mar,

Azul, sin siquiera sombra

De una nube pasajera;

El mar mira hacia arriba

Imagen tan brillante

Que una sonrisa luciera.

Un día demasiado alegre para risas negadas,

Demasiado alegre para lágrimas felices!

La bella tierra se ha envuelto en un sueño

De inmemoriales tiempos:

Quizás de aquella lejana mañana

Cuando cantó junto a sus esferas hermanas.

Quizás esté celebrando

Algún sabático agasajo.

Tal vez algún alma paciente

Ha entrado en el reposo de Dios

Haciendo que su bondad nos sonría,

Y bendiga todo el día.

El Poeta (The Poet)

¡El camina con Dios sobre las Colinas!

Y ve, cada mañana, la tierra despertar

Bañada con luces paradisíacas.

Escucha la risa de los arroyuelos,

Con sus melodías de muchas voces

La saluda con regocijo en su corazón.

Mientras ella a su espíritu puro

Responde como a un niño pequeño.

Sin velo se presenta ante sus ojos

Y entrega su secreto en sus manos

Cumpliendo ya 78 años, la poetisa recibió un apoyo financiero que le permitió viajar a New York donde rentó un cuarto y se dedicó a escribir. Durante los cuatro años siguientes alternó su vida entre las dos costas. Durante ese período, un grupo de escritores comenzó a reunirse en el St. Francis Hotel, identificándose como el Círculo Ina Coolbrith. Dicho Círculo aún permanece en actividad y promueve la obra de Ina así como la historia literaria de California. Algunos de los mejores poemas de la autora fueron escritos después de los 80 años.

Ina Colbrith ib

En 1923, con su salud deteriorada, “la voz más dulce de California”, debió trasladarse a Berkeley para quedar al cuidado de uno de sus sobrinos. Falleció el 29 de Febrero de 1928 a los 87 años y fue enterrada en el Mountain View Cemetery, no tan lejos de donde, años más tarde, la Iglesia construiría el Templo de Oakland. Un pico montañoso (2400 mts) de la Sierra Nevada, cerca del Beckwourth Pass también lleva su nombre. No lejos de su hogar, en las colinas de Russian Hill, se ha creado el Ina Coolbrith Park, un lugar de recogimiento, en terrazas escalonadas y con una espectacular vista de la Bahía.

La Bahía de San Francisco desdel el Ina Coolbrith Park

La Bahía de San Francisco desdel el Ina Coolbrith Park

A partir de 1933 la Universidad de California ha establecido el premio anual Ina Coolbrith Memorial Poetry Prize, otorgado al mejor poema no publicado previamente escrito por estudiantes de esa Universidad.

Tal vez definiéndose a sí misma, la escritora había declarado algunos años antes:

“Si fuese a escribir lo que sé, el libro sería demasiado sensacionalista para ser impreso, pero si escribiese sólo lo que creo apropiado,  sería demasiado aburrido para ser leído”.

Si bien la obra de Coolbrith se desarrolló alejada de la cultura mormona principal, no podemos obviar que era la sobrina y, simultáneamente, hijastra, del Profeta Joseph Smith. Su madre, Agnes Moulton Coolbrith, estuvo íntimamente ligada a la familia Smith y sufrió en carne propia las persecuciones de Missouri y Nauvoo. Nombró a su hija menor Josephina (femenino de Joseph, su tío) y Donna (femenino de Don, su padre). Extrañamente, también llamó Don Carlos a uno de los mellizos que tuvo de su unión con Pickett.  Nuevas investigaciones muestran que cuando viajaron a California por primera vez se establecieron en San Bernardino (por entonces una colonia mormona) y que fue allí donde el propio Pickett sugirió no utilizar el apellido paterno.

Michael Kennedy, un descendiente directo de Joseph y Emma, ha declarado recientemente:

“Esa era una reacción bastante común entre muchos de los descendientes de la familia Smith. La mayor parte de la descendencia de Hyrum se trasladó al Oeste, pero la familia de Joseph, que se quedó atrás, vivió con temor y se distanció de la poligamia y los mormones de Utah”.

Michael Kennedy es el Presidente de The Joseph Smith Jr and Emma Hale Smith Historical Society. En 1972 Gordon B. Hinckley llamó al Hermano Kennedy para crear oportunidades de que la posteridad de Joseph fuese receptiva a las enseñanzas del evangelio.

Ina_Coolbrith_Monument

En 2013 se inauguró en Oakland el monumento “Remember Them: Champions for Humanity”. Una de las figuras homenajeadas fue la de Ina Coolbrith. El escultor Mario Chiodo, quien ejecutó la obra, mencionó:

“He escogido a estas figuras humanitarias pues, independientemente de sus antecedentes o misiones, comparten aspectos comunes de coraje, perseverancia, educación, sacrificio, y el sincero deseo de lograr mejoras en la vida de todos”.

Antes del martirio, en 1844, el Profeta bautizó a su hijo, Joseph Smith III. Una nieta del Profeta, Alice Smith, se bautizó en 1915 pero, debido a los prejuicios existentes, abandonó la Iglesia bastante pronto. Gracia Jones, una bis bis nieta de Joseph se bautizó en 1956 y comenzó a juntar a la familia. De los nueve hijos propios o adaptados de Joseph y Emma sólo tres tienen descendientes vivos. Curiosamente, una tercera parte de ellos vive en Australia, todos descendientes de Inez Smith, nieta de la pareja a través de su hijo Alexander Hale Smith.

Descendientes de Joseph y Hyrum Smith visitan el monumento recientemente inaugurado.

Descendientes de Joseph y Hyrum Smith visitan el monumento recientemente inaugurado.

Gracias a la invitación de Kennedy, cuatro descendientes directos de Joseph Jr y Emma Smith y un descendiente de Hyrum y Jerusha Smith asistieron a la dedicación del monumento en Oakland.

Concluyó Kennedy:

“No hay descendencia viviente de Don Carlos, pero los miembros de nuestra familia extendida ha venido a la dedicación del monumento para reconocer a Josephine Donna Smith/Ina Coolbrith y honrar su vida y el legado dejado al mundo – su propia poesía y las obras de los escritores a los que tuteló”.

El presente artículo se ha beneficiado con información proveniente de la siguiente bibliografía:

The Literature of California, Vol. I, Jack Hicks, pags. 228-231

Ina Coolbrith, The Bittersweet Song of California’s first Poet laureate, Aleta George

Ida Rae Egli, editor, No Rooms of Their Own: Women Writers of Early California,

Joaquin Miller and the social Circle at the Hights por Phoebe Cutler, The Journal of the California Historical Society, vol. 90 Nº 1, 2012, pags 46-48

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